No, el pastel no es falso: sí es real y se come

Uno de los comentarios que más me sorprende cuando hago las sesiones cake smash es:“Wow! Pensé que el pastel era de mentira.”

Y no es un comentario aislado. Muchas personas asumen que el pastel que aparece en las fotos es solo decorativo, hecho de utilería o simplemente puesto ahí para “que se vea bonito”. Pero no. El pastel es real, suave, fresco y 100% comestible.😋

¿Por qué se ve tan perfecto?

Porque trabajamos con un estilo minimalista y limpio. No usamos decoraciones recargadas, ni colores artificiales, ni temáticas visualmente saturadas. Nuestros pasteles son sencillos, generalmente blancos o estilo naked, para que lo que realmente destaque sea el bebé y sus expresiones. La estética es intencional: queremos fotos atemporales, donde lo más importante no sea el pastel, sino la emoción y la espontaneidad del momento.

¿Y los bebés se lo comen?

Algunos sí… otros no. Y todo es válido.Hay bebés que lo prueban con timidez, otros que lo destruyen en segundos y hay quienes simplemente lo ignoran. Lo importante no es que se lo coman todo, sino que tengan la libertad de explorar, ensuciarse, aplastarlo, tocarlo. Eso es lo que hace que esta sesión sea divertida, impredecible y memorable.

Pero entonces… ¿vale la pena si no lo comen?

Totalmente.Lo hermoso de estas sesiones no está en si el bebé se comió el pastel o no. Está en las reacciones, en la sorpresa, en la risa de los padres, en el momento compartido. Es una experiencia sensorial y visual que va mucho más allá del pastel en sí.

En resumen

El pastel es real, pero la sesión no gira en torno a que el bebé se lo coma. Gira en torno a celebrar su primer año de vida de forma única, libre y auténtica.Y sí, si después de la sesión queda pastel en buen estado, ¡claro que se pueden llevar lo que quedó! Porque como dije al inicio: no es de mentira, es de verdad... y está delicioso.