¿Por qué no ofrezco sesiones temáticas? Mi filosofía visual

En un mercado donde abundan las sesiones con escenarios super producidos, disfraces, fondos impresos y temáticas de personajes, decidí tomar un camino distinto. No porque ese estilo esté mal, ni porque no reconozca el trabajo que implica, de hecho, tiene su público y valor, sino porque no se alinea con lo que quiero transmitir a través de mis imágenes.

No trabajo con temáticas porque creo profundamente que el verdadero valor de una fotografía no está en lo que se coloca alrededor, sino en lo que se siente al verla: una mirada sincera, una expresión real, un gesto espontáneo. Desde mi perspectiva, no necesito transformar a un niño en un personaje para que destaque. Ellos brillan por sí solos, sin necesidad de escenografía.

Trabajo con fondos simples, tonos neutros y accesorios sutiles. Cada elemento que forma parte de la escena tiene un propósito, y ese propósito nunca debe competir con el protagonista. Mi intención no es crear una historia inventada, sino capturar lo que ya está ocurriendo: la ternura del momento, la conexión entre el bebé y su entorno, la complicidad con sus padres. Este tipo de enfoque también hace que las fotos se mantengan vigentes con el tiempo. Las modas cambian, pero una imagen sincera siempre será relevante.

No trabajar con temáticas me da flexibilidad para adaptarme mejor a cada familia. Cada historia es distinta, y no me gusta encasillar a los niños dentro de un concepto visual rígido. Me gusta que las sesiones fluyan. No trabajo con esquemas fijos ni sigo un guion exacto, porque sé que con bebés y niños lo mejor surge cuando uno se adapta a su ritmo. La mayoría de las familias me dan libertad creativa, y con esa confianza construyo en el momento, sin forzar poses ni escenas. Solo observo, conecto y capturo lo que pasa.

También intento mantenerme al margen de las modas pasajeras en redes. Si algo no aporta valor real al recuerdo o no encaja con la estética que cultivo con tanto cuidado, prefiero dejarlo fuera. No porque esté mal, sino porque no va conmigo. Me parece importante sostener una línea coherente que refleje lo que soy como profesional y lo que quiero entregar con cada imagen.

Entiendo que no todo el mundo busca lo mismo. Y si alguien desea una sesión con una temática específica o muy elaborada, probablemente yo no sea la mejor opción. Pero eso está bien. En cambio, si alguien prefiere la simpleza, la naturalidad y la honestidad en una fotografía, entonces seguramente conectará con mi estilo. Cada imagen que entrego tiene una intención clara, sin depender de adornos ni recursos externos.

Mi fotografía es sencilla, pero pensada. Es sobria, pero emocional. Y aunque desde fuera pueda parecer que hago “menos” por no llenar la escena, lo que busco es precisamente eso: darle espacio a lo importante, sin distracciones. Porque cuando el recuerdo es genuino, no necesita decorarse.